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1 Timoteo 4.13-15 “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, el cual te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos”. Amen.
El Señor quiere que sus seguidores seamos luz del mundo, brillando, con el amor y el mensaje de Cristo, con intensidad.
Es posible que nuestro “fuego” se enfríe, y se afecte nuestro testimonio. Si eso llega a suceder, ejecutemos los pasos siguientes, a fin de reavivar la llama del amor por el Señor:
1. Darnos cuenta dónde estamos: ¿Es nuestro andar con Dios menos ferviente que antes? Recordemos lo que fue una vez. Pensemos en cómo era nuestra vida cuando teníamos celo por el Señor. Reconozcamos nuestro alejamiento.
2. Dediquemos tiempo para orar. No solo para pedir cosas que queremos. expresémosle al Padre celestial nuestro deseo de conocerle verdaderamente. Y al Espíritu Santo que nos ayude a reenfocar nuestra atención.
3. Pensemos en nuestra vida con Jesús en el centro. Haciendo esto, no desearemos otra cosa que no sea lo que Dios ofrece.
El apóstol Pablo instruyó a Timoteo en cuanto a cómo vivir de manera grata al Padre. Le recordó “entregarse de lleno”.
Nosotros también debemos rebosar nuestra mente con los preceptos del Señor, tener fe entusiasta, y utilizar su fervor para atraer a otros a Él.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Fuente: TPSH30.07.15)
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