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Hechos 1.7-8 “Y les dijo (Jesús): No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Amén.
La voluntad de Dios no es que solo acudamos a la iglesia a escuchar predicaciones. Quiere que salgamos a ser testigos de Cristo donde estemos o donde nos envíe.
Los roles y métodos para realizar la tarea serán diferentes, pero cada creyente tiene un papel vital que cumplir. Aunque sientas que tus esfuerzos tienen poco impacto, el Señor puede hacer maravillas por medio de un servidor dispuesto.
Nadie tiene una vida tan caótica que no pueda ser utilizado por Dios; Él se especializa en tomar a personas deshechas y restaurarlas.
No es si somos o no adecuados para dar testimonio de Dios, sino si tenemos un corazón dispuesto. Y el Señor ha prometido el poder del Espíritu Santo para llevar a cabo sus propósitos por medio de nuestra vida, pero si no utilizamos su poder divino, desperdiciaremos las oportunidades de ser de bendición.
Nada en la vida es más importante que hacer la voluntad del Padre celestial.
La salvación no es solo para disfrutarla; también es un regalo que debemos compartir. Anda, ve, di lo que Cristo ha hecho por ti, y el Espíritu Santo hará el resto.
Feliz día, y ¡que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: TPSH30052018)
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