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2 Timoteo 3.15-17 “Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Amén.
¿Te has preguntado si puedes confiar en lo que dice la Biblia? Aunque Ella da testimonio de su propia inspiración, existen otras evidencias que afirman que Ese libro, es verdadera y exacta Palabra de Dios.
1. Cristo la creyó, y afirmó la validez del Antiguo Testamento citando pasajes de este. Utilizó profecías de Isaías y del Pentateuco para señalar los puntos débiles a la falsa piedad de los fariseos (Marcos 7.6-13).
Después de su resurrección, explicó cosas concernientes a Él, que habían sido escritas por Moisés y los profetas (Lucas 24.25-27).
Finalmente, debido a que Jesucristo había prometido que el Espíritu Santo enseñaría a los discípulos y les recordaría sus palabras, garantizó la veracidad del Nuevo Testamento (Juan 14.26).
La Palabra de Dios es inagotable. Es un pozo que no seca, con sabor fresco de agua viva cuando la abres. Cuántas veces, ¡un pasaje que te sabes de memoria te dio una perspectiva diferente!
2. La Palabra de Dios es indestructible. A lo largo del tiempo, muchos han intentado, en vano, destruirla o restringirla. Sin embargo, sigue circulando y ganando miles de corazones para Cristo.
Si no la estás leyendo, comienza a leerla, ¡y a vivirla!
La Biblia no solo anuncia acontecimientos a futuro; también tiene poder para salvar a pecadores y transformarlos en santos y justos para Dios.
Feliz día, y ¡que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
TPSH 27072019)
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