3,634 23.06.23
Juan 10.17-18 “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”. Amén.
Cada detalle de la crucifixión fue diseñado por Dios anticipadamente. Dicho por profetas, y llevado a cabo, tal como el Señor lo ordenó. Nada estuvo fuera de su control. Fue la cruz de Cristo la mayor demostración del amor de Dios por la humanidad.
Jesucristo fue el sacrificio sustitutivo por nuestros pecados. En su cruz se encontraron la justicia y el amor de Dios, deseosos de salvar a la humanidad.
Ahí Cristo cargó con nuestros pecados, sufriendo por voluntad propia las consecuencias.
Ninguna bendición puede compararse con esa expresión de amor. Ahora todos los que aceptemos y confiemos en el sacrificio de Cristo, y nos unamos a Él, estaremos reconciliados con el Padre celestial.
El sacrificio de Cristo es el único camino verdadero al perdón. Ningún otro puede hacernos cruzar las puertas del cielo. Es un hecho que ocurrió en un momento específico, pero es eterno y no limitado por el tiempo.
El alcance, la importancia y el
poder transformador de la crucifixión de Jesucristo están más allá de toda
comparación.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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