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nos invita a no estar afanosos, y a llevar nuestras peticiones delante de Dios en oración, ruego y con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús. Lo aprendido, recibido, oído del apóstol Pablo, eso hagamos; y el Dios de paz estará con nosotros. Amén.
No dejes que la vida estresante y amenazadora te esclavice. Este modelo del apóstol Pablo es de grandes bendiciones.
Algo que estresa profundamente es la pérdida de la paz. Pero todos tenemos la oportunidad de recibirla de Dios, mediante la reconciliación -por fe- en la muerte y resurrección del Señor Jesucristo, quien nos dejó su paz incomparable.
Y, aunque haya veces en las que no se sienta, llegue sensación de miedo, ira o frustración, te recuerdo que mientras estemos en esta tierra, nunca tendremos paz perfecta. Esa solo se logrará en la Patria Celestial.
Meditar en las verdades bíblicas de Dios es el enfoque correcto. Permitirá obtener victoriosos resultados. Pablo nos dice que debemos enfocar nuestra mente: en todo lo que es verdadero, honesto, justo, puro, amable, elogiable, virtuoso y digno de alabanza (Filipenses 4.8).
La paz que Pablo tenía, que sobrepasaba la comprensión humana, está a disposición para ti, siempre que estés dispuesto a ser obediente a Dios. Cristo te sabe dar Su paz. ¿Estarías dispuesto a pagar el precio de Dios por ella?
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
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