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Salmos 34.4-7 “Busqué a Jehová, y me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende”. Amén.
El desánimo puede venir de muchas formas, pero Satanás suele ser el promotor, ya que nos guía a enfocarnos en las cosas negativas, en vez de en Dios.
La idea de no poder agradar al Señor es un tipo de desánimo espiritual muy sutil.
Si tuvieras que escribir todo lo
que entiendes debes hacer para agradar a Dios, ¿cuánto tiempo tardarías en
tener esa lista?
¿Sería leer más la Biblia, orar más, colaborar más, testificar más?
Es probable que se llenen varias hojas. Pero luego nos daríamos cuenta de que es imposible realizar siempre todas las tareas de la lista. Esa es una trampa.
Lo que agrada al Señor es nuestra obediencia, no nuestra adhesión a una larga lista de tareas.
La próxima vez que sientas desanimo, dirígete a Dios y dale gracias por estar contigo, aun en medio del desánimo; acepta que Él tiene el control de tu vida; y reconoce que te ama y usa las circunstancias para tu bien.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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