Juan 6.44, 47, 48 “Ninguno puede venir a mí (nos dice Jesús), si el Padre que me envió no lo trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. De cierto, de cierto digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida”. Amén.
Un joven que había estado a punto de suicidarse, pero que escuchó en la televisión al pastor Charles Stanley hablar sobre el suicidio, luego de escucharle, dejó el arma y dedicó su vida a Jesucristo.
Quizás tú también has escuchado historias parecidas. Te recuerdo que es Dios quien hace eso en las personas, al escuchar el Evangelio.
El mensajero no es el responsable de la salvación del individuo. Solo es Dios quien transforma su corazón y convierte un pecador en un santo.
Cuando se oye hablar a la gente de suerte y destino, solo están creyendo que son víctimas de circunstancias. Pero, la verdad es que todo lo que llega, sea bendición o prueba, viene porque el Señor lo permite.
A veces nos preguntamos ¿por qué Dios no pone fin a nuestros problemas y dificultades; si Él tiene el poder para hacerlo? Es bueno recordar que Él obra en cada aspecto de la vida, de acuerdo con su voluntad.
No tenemos la capacidad de entenderlo todo. Por lo que confiar en Dios es lo más sabio.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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