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Juan 1.12-13
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Amén.
Eso lo podemos saber porque...
1. Envió a su Hijo Jesucristo para que pudiéramos conocer a Dios el
Padre. El Señor y Salvador Jesucristo es su representación exacta; sus palabras
y obras fueron las mismas que las del Altísimo. Puedes leerlo en Juan 5.19 y
12.50.
2. Nos adoptó como sus hijos. Mediante la salvación, Dios nos invita a unirnos a su familia por la eternidad, dándonos apoyo, aliento y amor.
3. Es nuestro amigo para siempre. Al llamar a sus discípulos “amigos” (Juan 15.15), el Señor Jesús reveló ese aspecto especial de su relación con sus seguidores. Mostrando ser un amigo que nunca nos abandonará ni desamparará.
4. Su Espíritu habita en nosotros. Desde el momento de la salvación, tenemos la presencia del Espíritu Santo en nuestro ser. Y está más cerca de nosotros que cualquier pariente terrenal.
Dios desea intimidad diaria con nosotros, y que vivamos por y para Él todos los días.
Feliz lunes. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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