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https://www.youtube.com/watch?v=rfUed3jS0TY
Jesús dice una parábola sobre la necesidad de orar sin desmayar… Había un juez, sin temor a Dios, ni respeto a hombres. También una viuda que le pedía justicia de su adversario. Este juez no quería hacerle justicia a la viuda, pero, por ser ella insistente, y que le molestaba, le hizo justicia. Jesús añadió: ¿Oyeron lo que hizo el juez injusto? ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche?... Amén.
Un aspecto bien difícil de la oración es la perseverancia.
No solo suelen fracasar nuestros compromisos de ser constantes, sino que nuestra voluntad de seguir pidiendo al Señor también tiende a disminuir con el tiempo, cuando no vemos respuestas.
La promesa de Dios de responder a sus hijos ha demostrado ser más que verdadera, aunque no veamos resultados pronto como esperamos, ni a la manera esperada.
Con nuestro limitado entendimiento humano, no discernimos si nuestras peticiones se ajustan al plan o tiempo de Dios. Sea que Él conceda o no nuestras peticiones, estemos seguros de que su manera y tiempo son los mejores.
En la espera, el Señor obra espiritualmente en nosotros, y nos prepara para confiar en Él; descansar en su sabiduría, y para perseverar en la oración.
Exigir respuestas inmediatas es actuar como niños
espirituales.
Sigue orando por tus peticiones, pero se paciente y persevera… En el proceso, te volverás más como Cristo.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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