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Juan 8.31, 42, 47 “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en Él: Si permanecieran en mi palabra, serían verdaderamente mis discípulos; Jesús les dijo: Si su padre fuera Dios, ciertamente me amarían; porque Yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que Él me envió. El que es de Dios, sus palabras oye; por esto no las oyen, porque no son de Dios". Amén.
La afirmación de que Cristo era el Hijo de Dios provocó ira en los líderes religiosos de su época. Sin embargo, quella explicación dada, nos ayuda hoy a entender cómo comportarnos como hijos de Dios:
--JESÚS NO HACÍA NADA POR INICIATIVA PROPIA (28). Nuestro vínculo con el Padre requiere que nos rindamos a su autoridad.
--JESÚS HABLABA CÓMO EL PADRE LE ENSEÑÓ (28). Confiemos en la verdad de la Palabra de Dios, y no en nuestra sabiduría.
--JESÚS HACÍA LO QUE AGRADABA AL PADRE (29). Es que el hijo de Dios no vive para sus propios deleites, sino para obedecer a su Padre. Nosotros también humillémonos y exaltemos a Dios con nuestros pensamientos y conducta.
--JESÚS CONOCÍA A SU PADRE (55). Al igual que Cristo, el creyente tiene el mismo privilegio de relacionarse con Dios.
Somos
hijos de Dios SOLO por la fiel obediencia de su Hijo. Cristo abrió la puerta para nuestra adopción, nos colmó de
bendiciones y demostró cómo debemos andar por fe. Ahora, nos corresponde seguir
su ejemplo.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia: En.Contacto)
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