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Tito 2.1,7,8,10
“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de ti. No defraudando, sino mostrándote fiel en todo, para que en todo adornes la doctrina de Dios nuestro Salvador”. Amén.
La carta del apóstol Pablo a Tito, exhorta a hablar de acuerdo con la sana doctrina.
Es que cuando la Palabra de Dios es enseñada con precisión, las personas son verdaderamente transformadas para bendición.
Algo esencial es dejarte guiar por el Espíritu Santo, y no por tus propias ideas. O la de otras personas, que están perdidas bíblicamente.
El razonamiento humano puede parecer interesante, pero no transforma vidas. Ahora bien, lo que enseña la Biblia, llevándose a la práctica, sí que lo hace.
La enseñanza doctrinal sólida es un desafío para la actitud, los motivos y la mentalidad.
Aplicar con discernimiento la Biblia lleva a rechazar la impiedad y deseos pecaminosos; para vivir rectamente en este mundo malo.
Si enseñas la Palabra de Dios, trata de que sea la Palabra de Dios y no tus propios argumentos. Dios no tomará por inocente al culpable.
Aprende a llevar bendición, y no estorbo o perdición. Deja de enseñar lo que quieres creer y comienza a enseñar lo que quiere Dios.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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