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Efesios 2.8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Amén.
Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, Dios no nos lleva directamente al cielo. En vez de eso, nos deja en este mundo y nos da a cada uno un ministerio para que lo llevemos a cabo con el poder de Cristo.
Dios ha diseñado un lugar de servicio que se ajusta a nuestra personalidad, dones y habilidades. También nos equipa y fortalece para que podamos enfrentar los desafíos de ese llamado. La responsabilidad del creyente es obedecer con gozo.
Muchos cristianos sirven en la obra del Señor con un corazón tacaño, invirtiendo la menor cantidad de horas posibles, para así poder regresar al trabajo o a sus actividades personales.
Pero nuestros empleos no nos pertenecen; tampoco nos pertenecemos a nosotros mismos. Somos hijos adoptivos de Dios-Padre, y como tales, lo debemos honrar a Él primero.
Si la gente estuviera aquí solo para trabajar, pagar facturas y divertirse un poco, nadie disfrutaría de satisfacción a largo plazo.
Pero los creyentes encontramos paz y alegría en servir a Dios cada día de acuerdo con su llamado. Como dice el pasaje de hoy: “Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras” (vs.10).
Es la única manera de terminar bien.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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