#3,553 Mateo 28.18-20
“Jesús se acercó y les dijo: Toda potestad me es dada en cielo y tierra. Por tanto, vayan, y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que he mandado…”. Amén.
Cuando un maestro asigna una tarea, el estudiante responsable lo toma en serio. Hace lo que se requiere, se esfuerza al máximo y termina el trabajo oportunamente.
Cristo le dijo a sus seguidores que compartieran las Buenas Noticias sobre la Salvación, que hicieran discípulos y les enseñaran a obedecer.
Solo algunos creyentes hacen esta labor. Otros están tan ocupados o son demasiado tímidos para comprometerse a hacerla.
El alcance de esta tarea es mundial: es a todas las naciones; es a todas las personas. Y no es que todos tengan que ir a otros países. Algunos son llamados a ministrar en su entorno. Su campo misionero está en el hogar, el trabajo, la escuela, la universidad o el vecindario.
Como seguidores de Cristo, y siendo portadores del Espíritu Santo, tenemos poder para cumplir dicho mandato.
No salvaremos a nadie, pero es nuestra responsabilidad hablarle del Dios que puede hacerlo. Porque, ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído?
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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