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Efesios 4.13-15
“Hasta todos llegar a la unidad de la fe y conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados de todo viento de doctrina… sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, Cristo”. Amén.
Obedecer a Dios pudiera verse como equilibrio entre un espíritu de voluntad y uno de fervor o devoción.
Tomemos como ejemplo a Abraham, a quien Dios dijo: Toma ahora a tu hijo Isaac y ofrécelo en holocausto (Génesis 22.2). Abraham estuvo tan decidido y dedicado a la petición de Dios que construyó un altar, ató al muchacho y hasta llegó a levantar el cuchillo sobre él.
¿Estarías tan seguro de los planes de Dios para ti, aun cuando parezcan terribles?
¿Pudiera decirse que vas caminando y creciendo como Cristo?
Abraham creía tanto a Dios que se mantuvo en expectativa; y en el momento en que el ángel del Señor le dijo que se detuviera, lo hizo.
Enseñanza: Permanezcamos enfocados en las peticiones del Señor, pero siendo flexibles y sensibles a su voz.
El tema es que aprendamos a aferrarnos a Él, y no a los planes mismos. Orar nos ayuda a mantener la sintonía.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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