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Salmos 63:3-4, 7-8
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos. Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijaré. Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido”. Amén.
El tiempo que pasamos con Dios -con su Palabra, y en oración- influye en nuestra vida diaria.
Cuando nos enfocamos en el Señor, nuestra perspectiva se ordena cada vez más con la suya. Él se nos vuelve más grande, y nuestras preocupaciones, más pequeñas.
Al poner la vista en el Señor, el mundo entero —incluyendo sus problemas y desafíos— se vuelve mucho más claro, al igual que nuestra comprensión de cómo lidiar con las dificultades; y las presiones de la vida comienzan a disiparse.
Nuestro tiempo de meditación en los asuntos de Dios proporciona muchos beneficios personales, pero estos, nunca deben ser la única razón para pasar tiempo con el Señor.
El objetivo real es conocer a Dios y acercarse a Él; por ende, disfrutar de las bendiciones que acompañan una relación íntima con Él serán más que disfrutadas.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia: En.Contacto)
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