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Mateo 6.31-34
“No se afanen diciendo: ¿Qué comeremos, beberemos, o vestiremos? Porque los gentiles (los no cristianos) buscan estas cosas; pero su Padre celestial sabe que tienen necesidades. Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y esas cosas serán añadidas. Así que, no se afanen por el día de mañana, porque traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal”. Amén.
¿Qué es lo que más te preocupa? ¿Tu salud, tu familia, tu situación económica…? ¡Deja de afanarte tanto!
El Padre celestial sabe cuidar muy bien de nosotros, y sus promesas son totalmente confiables. ¿Entonces, por qué seguirse preocupando tanto? Es mejor ocuparnos.
Es bien cierto que casi todos tenemos responsabilidades que exigen mucha de nuestra atención, pero la ansiedad puede actuar como un veneno que consuma la confianza en Dios.
Entonces, ¿qué hacer? Aprender a crecer en el conocimiento
de Dios como muestra de obediencia a Él.
--El familiarizamos con las Sagradas Escrituras nos da convicción de que Dios se ocupa de cada detalle nuestro. Tomar decisiones basadas en el conocimiento de Dios fortalece.
Cuando la ansiedad comience a aparecer, recuerda quién es tu Padre celestial y lo que te ha prometido.
Aprende a confiar en sus promesas y a entregarle tus preocupaciones. ¡Dios sabe decir presente! La condicionante es ir ante Él con el corazón humillado.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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