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1 Pedro 1.7, 9
“Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciada que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”. Amén.
¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios permite que ocurran cosas malas? Es bueno saber que las dificultades y el sufrimiento son consecuencias del pecado y de la condición del mundo, pero ¿por qué experimentar tanta angustia?
Aunque toda prueba es dolorosa, entender los propósitos del Señor puede darnos alegría y esperanza. Cuando una persona es salva, comienza su proceso de santificación que tarda toda la vida.
Aunque te sea duro creerlo, pocas cosas moldean tan bien nuestro carácter como el dolor.
Algo también cierto, es que el crecimiento espiritual es lento durante tiempos placenteros. Solo el dolor nos pone de rodillas en dependencia de Dios, por ser donde buscamos la mejor ayuda, fortaleza, consuelo y misericordia.
Otra razón por la que el Padre celestial permite pruebas es
para probar y refinar la fe. Para que tengamos mayor confianza en quién es Dios.
Cuando surjan las próximas dificultades, recuerda la fidelidad de Dios durante pruebas del pasado, y aprende a descansar en Él.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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