“Respondiendo el otro (malhechor), le reprendió, diciendo: ¿Ni
aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la
verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros
hechos; más éste ningún mal hizo”. Amén.
En Lucas 23, del 32 al 43 podemos ver la historia de
nuestro Señor Jesucristo crucificado entre dos delincuentes. Solo unas horas
antes de su muerte, algo glorioso ocurrió con uno de ellos: fue perdonado y
redimido. Y su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero.
¿Qué
evidencia hay de que esa conversión de último momento fue real? Veamos…
1.
CAMBIO DE CONDUCTA. Ambos fueron criminales,
pero uno dio un giro total.
2.
LA ADMISIÓN DE LA CULPABILIDAD. El
convicto penitente reconoció públicamente que él mismo estaba siendo castigado
con razón por sus malas acciones.
3.
LA EXPRESIÓN DE FE EN EL SEÑOR. Expresó
al Señor: Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino. Él reconoció que Jesús era
el Señor y el Rey, tal como era afirmado en la inscripción sobre la cruz.
4.
LA RESPUESTA DE JESÚS: De cierto te digo que
hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Cada
uno de nosotros pudiera estar a un paso de morir.
Que esa realidad nos impulse a examinar nuestro diario caminar, delante de la
Palabra de Dios.
¿Estaremos
preparados para enfrentar la eternidad sin Cristo? Será mejor dar un giro al camino actual, y decidirnos por Él.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
(Referencia: En.Contacto)
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