#3,484
Surge un viento huracanado.
Es arrebatada la nave donde estaban Pablo y otras personas. No pudiendo adelantarse
al viento, se abandonaron a él dejándose llevar. Pierden las esperanzas de
salvarse, pero Pablo exhortó a tener buen ánimo y no temer, ya que había estado
con él el ángel de Dios. Les dijo que él confiaba en Dios, y que ocurriría como
le había dicho. Amén.
La vida no siempre cumple las expectativas. Incluso cuando los planes están de acuerdo con la
voluntad de Dios, podemos enfrentar dificultades.
Hay épocas de la vida en que uno se siente solo y
abandonado por el Señor. Y aunque la mente dice
que Dios está, los sentimientos dicen que no. Para contrarrestar eso, hay que
orar y enfocarse en las Sagradas Escrituras.
En Hechos 27 se pueden ver las amenazas
del tiempo en el viaje de Pablo a Roma. Aunque el Señor estaba dirigiendo su
camino, se levantó una violenta tormenta.
Los marineros se esforzaron por
salvar el barco, pero fueron perdiendo la expectativa de salvarse. El único que
perseveró en la esperanza fue Pablo, quien animó a la tripulación.
La frustración por los
obstáculos lleva al desánimo. Muchas veces no podemos cambiar lo sucedido, sin
importar como se llame el suceso. Las circunstancias
sobre las que no tenemos control suelen ser las que nos hacen tropezar.
En tiempos de desánimo, hay dos opciones: Enfocarse en las circunstancias, o fijar la mirada
en Dios y su Palabra. ¡Recomiendo la segunda!
Feliz día. ¡Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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