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“Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos. Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en Él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré. Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio salvador de su ungido”.
El capítulo 28 de Salmos revela cómo el rey David alabó al Señor, clamó por sus problemas, y que Dios no se desentendiera de él.
Todos desearíamos orar de manera eficaz. Para ello, evitemos algunos obstáculos:
1. Una FE vacilante (Puedes encontrar la respuesta en Stgo.1.5-6). Dudar acerca de Dios disminuye la confianza en Él. En incertidumbre es probable dejarse llevar por sentimientos y no por la verdad. Fuera dudas acerca de Dios. ¡Conócelo cada día mediante Su Palabra!
2. Motivos equivocados. Dios quiere que oremos pidiendo Su voluntad, no que se cumplan nuestros deseos, que muchas veces son bien egoístas. No recibimos porque pedidos mal (Stgo.4.3).
3. Conflictos. No esperemos que el Señor responda, si no tratamos a los demás como Él desea que lo hagamos. Él NO desea que nuestras oraciones tengan estorbos (1Pedro3.7).
4. Indiferencia hacia la Palabra de Dios. Sin obediencia a los mandamientos del Señor, las oraciones se convierten en abominación para Él (Prov.28.9).
Una vida de oración sólida se logra conociendo y agradando al Señor, no a nosotros mismos. Adecuemos nuestra vida a oraciones gratas a Dios. Leamos la Biblia, a fin de conocer sus deseos para nosotros.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: en.Contacto)
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