Santiago 1:19 “Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse”
Puedes pensar que ya eres un buen oidor. Pero hay una gran diferencia entre oír y escuchar. Oír es simplemente sentir las vibraciones que se producen en el oído. Escuchar es decodificar esas vibraciones en tu cerebro.
He aquí cuatro consejos para convertirte en un mejor oyente.
1. Deja de juzgar y criticar desde el principio: No evalúes tu posición hasta que hayas escuchado y comprendido todo. Proverbios 18:13 dice: “Precipitarse a responder antes de escuchar los hechos es a la vez necio y vergonzoso”.
2. Se un oyente activo: Proverbios 20:5 dice “Aunque el buen consejo esté en lo profundo del corazón, la persona con entendimiento lo extraerá”. Las personas a veces no se comunican bien y debes ayudarles para hacerlo.
3. Parafrasea y resume: Debes poder repetir a una persona lo que te acaba de decir antes de dar tu propia opinión. Esa habilidad puede ser muy útil en reuniones de trabajo o grupos hogareños.
4. Mantén la calma: Proverbios 19:11 dice “Las personas sensatas no pierden los estribos se ganan el respeto pasando por alto las ofensas”. Debes ser paciente con las personas.
Para tener éxito en tu matrimonio, trabajo, o ministerio debes saber escuchar a otras personas. Si mantengo la calma y soy paciente lograré menos altercados y malos entendidos. Tendré más amigos.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Mario De Jesús
(Referencia: Venga Tu Reino Hoy)
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