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Lucas 24.44, 49 “Y les dijo (Jesús): Estas son las palabras que hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”. Amén.
Existe un cuento infantil titulado “La pequeña locomotora que sí pudo”, donde esta, no deja de repetir: “Creo que puedo. Creo que puedo”. Y usando su fuerza de voluntad, tira de un tren sobre una montaña.
Este, es un bonito cuento, pero la verdad de la vida cristiana es diferente. En el mundo real, esfuerzos y determinación a menudo se quedan cortos. Solo caminando en el poder del Espíritu Santo viviremos consagrados al Señor.
En el Antiguo Testamento, el Espíritu de Dios venía temporalmente sobre algunos, después de Jesucristo ascender al cielo, envió al Espíritu Santo a morar en cada creyente.
Si somos cristianos, Dios vive dentro nuestro para proveernos dirección, consuelo y poder. Sin embargo, algunas veces, tratamos de vivir sin buscar del Señor; pese a ver la derrota y el fracaso inevitables.
Comencemos cada día confesando nuestra dependencia de Dios. Pidámosle que nos llene de Su Espíritu; y que todo lo que pensemos, hagamos o digamos esté lleno de Su presencia.
Luego, confiemos en que Él obrará -de una manera poderosa- mediante nosotros.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto2302)
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