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2 Corintios 5.1-3, 9
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa NO hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradable”. Amén.
¿Qué sucede después de la muerte del creyente que tiene a Jesucristo como Señor y Salvador? ¿Duerme hasta la resurrección? ¿Sufre por causa de sus pecados antes de ir a la presencia de Dios?
El apóstol Pablo se refirió a los muertos en Cristo como dormidos (1 Tesalonic. 4.14), hasta la resurrección. Aunque, Jesús dijo al ladrón en la cruz que estarían juntos en el paraíso ese mismo día (Lucas 23.43).
Hay quienes (por ignorancia espiritual) piensan que los muertos antes de ir al cielo requieren de alguna “limpieza” adicional con algún método humano. Pero la Biblia es clara, Jesús pagó el precio por los pecados. Su obra de restauración se consumó en la Cruz.
Quienes aceptamos ese sacrificio, y hemos recibido a Jesucristo como Salvador, pasamos de inmediato a un estado de paz y quietud, símil de la vida en el cielo.
Pero triste es pensar que quienes mueren sin Jesús, como Señor, irán a sufrir eternamente, … el lago de fuego será su destino final (Apoc. 20.11-15).
Creer en el Señor Jesucristo es el ÚNICO camino al cielo. Una verdad que, para ti que no te has decidido por Él, pudiera ser dura. Pero, por aún estar vivo, tienes oportunidad de enmendar.
Solo Cristo salva de condenación eterna, nada ni nadie mas puede hacerlo. Y la decisión es solo tuya mientras tengas vida.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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