# 3,411 12.11.22
Génesis 37.23-27
“Sucedió que cuando llegó José a sus hermanos, le quitaron su túnica de colores; y le echaron en la cisterna; pero estaba vacía, sin agua. Luego, ellos se sentaron a comer pan; y vieron una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, que llevarían a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en matar a nuestro hermano y que encubramos su muerte? Vendámoslo a los ismaelitas, …. Y sus hermanos convinieron con él”. Amén.
Cuando José tenía 17 años perdió casi todo: Familia, posición como hijo predilecto, su hogar y su libertad, todo le fue arrebatado repentinamente. Pero nunca perdió su fe en el Señor. La vida también puede comportarse así con nosotros.
Todo cambio negativo (salud, económico, familiar, etc.), puede llevarnos a temporadas de incertidumbre. Sin que entendamos por qué Dios permite que las pruebas o dolores continúen.
José también sufrió, pero se aferró a su fe. Una de las claves para atravesar un valle de incertidumbre es aceptar con agrado la realidad de la presencia de Dios. Que ninguna circunstancia, sufrimiento o pérdida pueda separarte del Padre celestial o de su amor.
Toma parte de tu tiempo de cada día, y reflexiona en las promesas que Cristo nos hizo de que estaría siempre con nosotros (Mt 28.20). Cuando aprendas a echar raíces en Cristo, desde lo más profundo de tu alma, entonces sabrás como sostenerte en los tiempos más difíciles.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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