# 3,365 28/09/2022
Juan 15.1,2,5
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Amén.
A los árboles se les debe recortar sus ramas. Eso hará que produzcan posteriores abundantes cosechas. Aunque parezca que el árbol vaya a morir, de sus heridas surgirán nuevos brotes.
El Señor actúa -a veces- como una podadora para nuestra vida. Es que, para lograr abundante cosecha de fruto espiritual, Él debe eliminar todo lo que nos impide convertirnos en la persona que Él dispuso que fuéramos.
El proceso pudiera ser doloroso ya que Dios corta hábitos carnales y actitudes mundanas, pero su poda resultará en un reflejo más preciso de Jesucristo.
Ser amado por Dios no significa ser siempre mimado. Nuestra comodidad NO es su principal interés.
Así, como un agricultor poda sus árboles para obtener una cosecha abundante, Dios puede causarnos dolor para hacernos crecer espiritualmente y desarrollar en nosotros un carácter cristocéntrico.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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