14.09.22
Éxodo 3.1-2, 5-6
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y no se consumía. Y dijo (Jehová): No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”. Amén.
Cuando las circunstancias parecen peores; lo primordial es orar y pasar tiempo con el Señor. Aceptemos Su oferta y Dios bendecirá nuestra obediencia.
Como cristianos, contamos con el Espíritu Santo para dirigirnos. Desde que Dios anduvo por primera vez con Adán y Eva en el huerto del Edén, se comunica.
Moisés vio la zarza ardiente. Samuel escuchó una voz por la noche (1 Samuel 3.1-14). Josué recibió instrucciones inusuales para conquistar a Jericó (Josué 5.13–6.5). Muchos otros fueron advertidos de otras tantas y diferentes maneras.
Las visitas de Dios son extrañas e inesperadas. Nosotros nunca forzaremos a que Él venga; Dios es quien decide darse a conocer en la vida del creyente.
Sin importar la forma en que Dios se comunique contigo; sea mediante su Palabra, audible, o alguna visita, mantén tu corazón siempre abierto, y con un espíritu dispuesto.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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