14-07-2022
Tito 2.11-14 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Amén.
Hay quienes creen que por su comportamiento ético y carácter moral irán al cielo. También están los que creen que no irán, debido a pecados del pasado.
Es importantísimo que sepas o recuerdes que tus obras no determinarán tu estado eterno, porque la barrera nuestra con Dios se debe a la simiente pecaminosa que poseemos.
El pecado original, de Adán y Eva, hizo que todos, espiritualmente, muriéramos y estemos bajo sentencia de juicio (Romanos 5.12). Ninguna obra, por buena que sea, cambiará tu naturaleza impía.
Sin Cristo, toda entrada al cielo es nula. Pero nuestro Padre celestial -en su infinito amor- ya tenía un plan para que pudiéramos vivir con Él para siempre: Él mismo se humanó en su Hijo Jesús, para tomar nuestros pecados y redimirnos del castigo que merecíamos.
Lo que no podemos hacer, Cristo lo hace por nosotros. Mediante fe en Él, recibimos naturaleza nueva, y llegaremos a vivir en presencia de Dios para siempre.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto 050122)
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