15-07-2022
Efesios 4.15-16
“ …siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. Amén.
El Cuerpo de Cristo está formado por todas las personas que creen y adoran a Dios. La cabeza de este cuerpo de creyentes es Jesucristo, a quien Pablo describió como “el principio, el primogénito de entre los muertos” (Colos. 1.18).
Al confesar a Cristo como nuestro Salvador, nos convertimos en parte de Su Cuerpo. Pasamos a ser parte activa y viva de Cristo.
La Iglesia actúa como los pies del Señor Jesucristo para llevar el mensaje del evangelio; como sus manos para cuidar a los que necesitan amor; y como sus brazos para sostener a los débiles.
Ser un reflejo de Cristo no es fácil: es sacrificarnos y amar al enemigo.
Dios nos llama a difundir Su Evangelio, y eso no significa que guste lo que tengamos que decir. Pero debemos llevar a cabo Su obra, incluso cuando resulte incómodo.
El mensaje del Evangelio se difunde mediante poder y sabiduría de Cristo, eligiendo usar al cuerpo de creyentes, con el Espíritu Santo, morando en ellos.
¡Es gran honor ser utilizados para alcanzar al mundo para nuestro Salvador!
Feliz
día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto 040122)
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