17-07-2022
1 Pedro 1.3-4 (NVI)
“¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes”. Amén.
¿Sabías que la gente de Corinto era conocida por su perversidad? Estaban llenos de inmoralidad sexual, avaricia, envidia, deseos de progreso basado en lo mal hecho, maldad, engaño, etc.... Pero al optar por ser nuevas criaturas, y formar parte de la familia de Dios, su “estilo de vida corintio” no fue el mismo.
Pablo recordó a aquellos creyentes -también aplica para ti-, que no debían dejarse influenciar por materialismo, cultura o por viejos patrones de pensamiento (1 Cor 6.9-11).
Les invitaba a abandonar sus viejos pensamientos y costumbres, a fin de modelar una adecuada conducta como hijos de Dios. En otras palabras, les decía: Enderécense, si es que quieren verle el rostro al Padre Celestial con gozo.
Si realmente hemos abrazado la fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo, causemos efecto positivo con nuestra conducta. El precio pagado por nuestra redención fue demasiado alto, para jugar con eso.
Nadie se burla de Dios. Él es Dios de amor, misericordioso y perdonador, pero dice en Hebreos 12.28-29 que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.
No dejes que Dios pase delante de ti como fuego, te destruya y humille. Si dices ser hija de Dios, refleja la luz de Cristo y no la del mundo.
Feliz
día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
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