02.07.2022
“Los que descienden al mar en naves, y hacen negocio en las muchas aguas, han visto las obras de Jehová, y sus maravillas en las profundidades. Entonces claman a Jehová en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban. Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres”. Amén.
Ninguna tormenta es eterna, y qué sensación de alivio tan grande se siente, una vez que pasa el huracán.
Todos experimentamos tormentas. En esos tiempos turbulentos, ¿en qué piensas? Al encontramos en situaciones agobiantes, el lugar más seguro es la Palabra de Dios.
Todo tiempo revoltoso debe alentarnos a clamar por la ayuda de Dios. Él rescata de la angustia, calma las tormentas y guía a lugares seguros. Nuestra respuesta a todo eso, debe ser siempre agradecer al Señor por su misericordia y sus maravillosas liberaciones… ¡Alabémosle y reconozcámoslo públicamente!
Siempre recuerda que ninguna
tormenta es para siempre. Que luego de un nublado día, aparecerá
un bello sol.
Seamos agradecidos. ¡Nunca desviemos nuestra mirada de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!
¡Feliz día, y que Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Ref.: En.Contacto280522)
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