11.05.2022
Isaías 41.8-10
“Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo. Te tomé de los confines de la tierra, de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, no te deseché. No temas, porque estoy contigo; no desmayes, porque soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, te sustentaré con la diestra de mi justicia” Amén.
Nuestro mundo tiene muchos peligros, por lo tanto, tenemos razones para atemorizarnos. Pero los cristianos no debemos vivir con temor, ya que las maravillosas promesas de Dios nos permiten sentir paz en cualquier circunstancia.
Dios ha permitido algunas aprensiones naturales, por las cuales sentimos miedo por diversas cosas. Ejemplos: miedo a serpientes, a aguas profundas, alturas, etc. Pero también nos dio un sistema de alerta para reaccionar ante el peligro.
Sin embargo, un temor constante es nada saludable. La mayoría de nuestros temores van relacionados con los peligros que podrían ocurrir, que amenazan nuestro bienestar; sea estabilidad económica o la seguridad en el futuro.
Eso significa que el enfoque está en las preocupaciones, y no en Aquel que promete sostenernos. Cuando aumenta la ansiedad, la confianza en el Señor se debilita, y la preocupación consume a muchos.
En vez de seguir el camino de ansiedad, que hasta hoy has llevado, afírmate en las Sagradas Escrituras y sus promesas y no permitas que las preocupaciones cieguen esas promesas de Dios.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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