28.05.2022
Santiago 4.8, 10 (TLA)
“Háganse amigos de Dios, y él se hará amigo de ustedes. ¡Pecadores, dejen de hacer el mal! Los que quieren amar a Dios, pero también quieren pecar, deben tomar una decisión: o Dios, o el mundo de pecado. Sean humildes delante del Señor, y él los premiará”. Amén.
Acerquémonos a Dios, y Él se acercará a
nosotros.
¡Una maravillosa promesa!
Si venimos a Dios, arrepentidos y humillados, Él actuará con su perdón, su amor y su aceptación a nuestro favor. Solo en la humildad de la impotencia descubrimos la suficiencia de su presencia.
Muchas veces, el Señor usa situaciones y dificultades para captar nuestra atención y estimular nuestra sed de Él.
Es bueno saber que nuestros fracasos y pecados pueden llevarnos a Cristo, cuando buscamos el perdón del Padre. Con actitud de humilde arrepentimiento podemos iniciar una relación más íntima con Dios.
Pero si continuamos viviendo en rebeldía y sin reconocer nuestro pecado ni arrepentirnos, Dios no se acercará a nosotros para revelarnos más de Él. El pecado bloquea la capacidad de conocer al Señor.
¿Has dejado que la adversidad o el fracaso te alejen de Dios en vez de acercarte?
Para distanciarnos del Señor, Satanás puede utilizar engañosamente las mismas situaciones que el mismo Señor puede utilizar para acercarnos a Él. No permitamos que el enemigo gane esa batalla.
Muy feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: TPSH.300515)
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