13.04.2022
2 Corintios 4.7-10 “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia
del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en
todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos,
mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando
en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la
vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos”. Amén.
Hay personas que asumen que la insuficiencia es un enemigo para vencer, pero Dios utiliza nuestras debilidades para mostrar su gloria.
No es que sea malo sentirse confiado y suficiente, pero en extremos, este tipo de autosuficiencia es lo opuesto a la humildad.
Pese a los conocimientos y diversos dones de Pablo, sabía de su incompetencia para las tareas que el Señor le había llamado a realizar.
Al hablar del ministerio, el apóstol dijo: “para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de Él (de Cristo), la cual actúa poderosamente en mí” (Colosenses 1.29).
La insuficiencia revela falta de conocimientos o destrezas, y nos lleva a depender del Señor. Él obra en nuestra debilidad para lograr sus propósitos en nuestra vida.
NO nos rindamos ante nuestras fallas. Esas deficiencias están diseñadas para humillarnos, de modo que acudamos al Señor en busca de fortaleza.
Mostrando humildad disfrutaremos de la extraordinaria grandeza del poder de Dios y no del de nosotros… Recuerda: somos tesoros, pero de barro.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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