27.03.2022
Al igual que el apóstol Pablo, tenemos una lucha interna con el pecado, inclusive después de la salvación.
Perteneciendo al cuerpo de Cristo, cuando cedemos a alguna tentación, nos asaltan sentimientos de condena, y nos preguntamos si Dios nos abandonó, pero estemos conscientes de que eso NO es así.
Un versículo reconfortante es Romanos 8.1: NINGUNA condenación hay para los que están en Cristo Jesús.
Entendamos con “están”, aquellos que OBEDECEN la Palabra, y no son practicantes de pecado.
Cuando el Salvador fue a la cruz, QUITÓ de nuestros hombros el castigo. Estando en Jesucristo, nuestros pecados son limpiados, y somos designados hijos de Dios.
Algo a tomar en cuenta es: que la condena está reservada para quienes RECHAZAN al Salvador (Juan 3.36).
Si, siendo limpiado y renovado por Jesucristo, experimentas sentimientos de condenación, tienes que estar apercibido de que eso no viene del Señor sino del diablo, que te acusa.
Realinea tus pensamientos con los de Dios. Llena tu mente con la verdad de las Sagradas Escrituras. Recuerda que Dios NUNCA condenará a quienes le pertenecen, mediante Jesucristo.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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