Hechos 9.10-18 Te los voy a resumir, pero me gustaría que los leyeras tú completamente. …Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, el Señor le habló en visión para que buscara en casa de Judas a Saulo, de Tarso.
Le dijo que Saulo había visto en visión donde él
entraba y le ponía las manos para recobrar la vista.
Ananías respondió temeroso, sabía cuántos males
había hecho Saulo a los santos en Jerusalén, y que tenía autoridad para agarrar
a los que invocaban el nombre de Jesús.
El Señor le dijo a Ananías que fuera, porque Saulo
era instrumento escogido para Él, que llevaría el nombre de Jesús a gentiles, reyes,
e hijos de Israel; y que le tocaría padecer por esa causa.
Ananías, entrando en casa de Saulo, le dijo lo que Dios le había dicho, que era enviado para recibir la vista y ser lleno del Espíritu Santo. Luego cayeron de los ojos de Saulo como escamas; recibió la vista y fue bautizado. Amén.
¿Cuál es la inversión más valiosa? ¿Una carrera lucrativa, una casa bonita, una hermosa familia, una buena cuenta de jubilación…? Todas son buenas, pero la mejor inversión en tiempo, energía o recursos es ayudar a alguien a conocer al Salvador Jesucristo.
Con Jesús como nuestro Salvador, Dios nos traslada del reino de las tinieblas al reino de su Hijo (Colosenses 1.13). Mediante ese resultado, debemos convertimos en instrumentos en sus manos, útiles para alcanzar a otros para Cristo.
Al apartarnos del pecado y recibir salvación mediante Cristo, nuestro destino eterno cambia y Satanás recibe un golpe devastador… sus planes son frustrados.
Cada vez que hablas a alguien de Jesucristo, estás ejecutando la Gran Comisión (Mateo 28.19-20), y ¡Dios se goza grandemente!
El plan de Dios para ensanchar su reino es sencillo: Que una persona le hable a otra, de Cristo. Imagínate llegar al cielo y ver a aquellos a quienes les hablaste del Señor. Entonces dirás: ¡Valió la pena la incomodidad!
Feliz
día. ¡Y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario