Eclesiastés 3:1-4
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Un tiempo para llorar y un tiempo para reír”.
¡Dios, aun cuando pasas por lágrimas, quiere bendecirte! Procesar el dolor es esencial, y llorar es una opción saludable ante la pérdida. Es esencial para la salud emocional, espiritual, física y mental. Es la herramienta dada por Dios para atravesar procesos de vida.
Al llorar te acercas más a Dios. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, e inclina su oído y escucha (Salmos 34:18 y 116:2) Él nunca nos abandona.
Dios hace crecer a través del llanto: En 1 Pedro 1:7 dice que nuestra fe, al permanecer firme en las pruebas, traerá alabanza, gloria y honra. Como quien hace ejercicios, para fortalecer los músculos, así crecemos a través del dolor.
Dios nos da familia y hermanos en la fe para apoyarnos: ¡NO lloremos solos! Cuando David y sus hombres vieron las ruinas, lloraron juntos a más no poder (1 Samuel 30:3). Él descubrió que hay paz y poder al compartir el dolor con otros. Dios NO quiere que lleves tú solo tus cargas.
Dios usa tu dolor para ayudar a otros: En 2 Corintios 1:4 dice que Dios nos consuela en dificultades para que consolemos a otros. ¡Un ministerio grande puede salir de tu dolor más profundo!
Es mejor compartir las cargas. En Gálatas 6:2 dice que sobrellevemos los unos las cargas de los otros. No fuimos creados para llevar todas las cargas nosotros solos. Dios nunca desperdicia oportunidades de hacernos crecer, y dispone todas las cosas para el bien de quienes les aman (Romanos 8:28).
Feliz día. ¡Y que Dios te bendiga!
Mario De Jesús
(Referencia: VTRH Ministries)
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