Salmos 16.7-8, 11 “Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia. A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”.
Al David examinar su vida, vio huellas de Dios en todas partes. Aprendamos a ejercitar nuestros ojos espirituales y ser conscientes de la presencia del Padre celestial.
Si desarrollamos el hábito de que antes de irnos a dormir, recordemos lo vivido durante el día, encontraremos múltiples evidencias de la mano de Dios obrando. Veremos ¿Cómo nos dirigió al tomar alguna decisión? ¿Cómo respondió alguna de nuestras preguntas? ¿Cómo nos protegió? ¿Cómo nos ayudó?. Etc. Considerar las acciones de Dios nos lleva a ver la realidad de su cuidado constante.
En el Sermón del monte, el Señor dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5.8). En otras palabras, quienes tienen una conciencia limpia desecharán pensamientos y palabras pecaminosas, llevándolos a la obediencia a Cristo (2 Corintios 10.5). La claridad espiritual nos hace ser más conscientes de la intervención de Dios en todas las circunstancias.
La evidencia del gran poder del Señor está en todas partes, solo tienes que disponerte a buscarla para poderla ver. Mira el mundo con ojos espirituales bien abiertos. Puede que sea hora de cambiar la perspectiva del “no puedo” al “puedo porque Dios me ayuda”. ¡Vive con confianza y recuerda que el amoroso y todopoderoso Señor es real!
¡Feliz día y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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