Marcos 11.20-23
“Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tengan fe en Dios. Porque de cierto digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, le será hecho”.
Pausemos, de vez en cuando, para evaluar el desarrollo espiritual. Aunque nuestra fe experimenta diferentes etapas a lo largo de la vida, nuestro objetivo debe ser crecer.
¿En qué etapa de fe crees estar?
1. Fe vacilante. Es una
batalla para creerle a Dios. Normalmente, se espera respuesta a las oraciones,
pero no se tiene seguridad.
Las dudas pueden surgir porque se mira la situación y no al Señor. También, por no saber lo que Él dice en la Biblia, ni tener Su ancla para arraigarse.
2. Fe valiente. Implica esforzarse para creer más en el Señor. Los cristianos en esta etapa dan pasos para obedecer a Dios, y poder descubrir que Él es fiel a su Palabra.
3. Fe perfecta. Se
caracteriza por descansar y confiar en el Señor, con corazón alineado a
su voluntad. En esta fase, se está agradecido al ver que las promesas de
Dios son tan ciertas.
Aunque quisiéramos practicar esa clase de fe todos los días, la misma no será perfeccionada totalmente en esta vida.
Sin importar cuál sea la descripción de fe que mejor se ajusta a ti ahora, la mejor manera de hacerla crecer es alimentándote de la Palabra de Dios, y aferrándote a sus maravillosas promesas.
¡Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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