“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por
qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de
alabarle, Salvación mía y Dios mío”.
Tener esperanza es esencial para vivir. Si no confías en que te espera algo mejor, pudieras hundirte en una depresión. Aunque, ser muy optimista también pudiera desilusionarte, ya que pudieras no ver materializado lo que deseas.
¿Cómo saber dónde poner la esperanza, y cómo reaccionar si no se recibe lo esperado?
La esperanza siempre será segura cuando esté en armonía con la voluntad del Señor. Esa voluntad, está plasmada en Su Palabra, la Biblia. Pero ¿qué es lo que ocurre? que muchas de nuestras expectativas están basadas en deseos o sentimientos particulares.
Pudiéramos poner ejemplos: Anhelar ascenso laboral o de salario, tener buena salud, mantener relaciones sólidas, o poder solucionar ciertos problemas con facilidad, entre otros. Es bueno saber que no existe una promesa absoluta del Señor, de que eso que nosotros queremos sea su voluntad para nosotros.
Desilusionarse (de Dios) es algo que pudiera ocurrir si nuestras esperanzas no coinciden con su plan. Incluso, cuando la esperanza se basa en una promesa bíblica, es posible que el Señor no la cumpla de la manera o en el plazo por nosotros esperados.
El contentamiento está en poder distinguir las esperanzas individuales y particulares, de las del Señor.
Cuando nuestras expectativas no se cumplen como nosotros lo deseamos, pudiéramos gozarnos al recordar que la esperanza Eterna en Dios sí que es segura.
¡Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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