Lucas 5.8-11
“Viendo lo ocurrido, Simón Pedro, cayó
de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre
pecador. Porque
por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de los que
estaban con él, también de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros
de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de
hombres. Y trayendo a tierra las barcas, dejándolo todo, le
siguieron”.
Vemos cómo los planes del apóstol Pedro fueron cambiados por completo. La pesca quedó de lado, y Pedro se convirtió en un discípulo de Jesucristo.
Es que…
1. La obediencia a Dios NUNCA decepciona. Cristo llenó las redes de Pedro con una pesca enorme, y lo convirtió en “pescador de hombres”. Dios puede hacer lo mismo con cualquier aspecto de tu vida, pero lo hace a su manera y para sus propósitos.
2. Obedecer a Dios hace evidente Su poder. ¡Pedro fue testigo de un gran milagro! Él pudo haber mirado su lista de cosas por hacer, y decir: “Estoy demasiado ocupado”, o podría haber enfatizado que era un pescador. Pero aceptó la invitación y fue testigo del poder de Dios, primero, en una barca, y después en su vida.
3. La obediencia ayuda a entender a Dios y a nosotros mismos. Después de ver el milagro de las redes llenas, Pedro tuvo una nueva visión de quién era el Señor Jesús, y de que él era un pecador.
¿Seguiremos creyendo
que somos santos, limpios y puros ante Dios, tan solo por ir a la iglesia,
cantar hermosos coritos y decir que somos cristianos? ¡Es tiempo de revisar nuestras
vidas, entender que somos pecadores, si verdaderamente queremos ver el rostro
de Dios con gozo!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario