Lucas 9.1-3
“Habiendo reunido a sus 12 discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas”.
En estos versos, vemos que Jesús reunió a sus discípulos, les dio autoridad sobre los demonios, y para sanar enfermedades. También los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar enfermos. --Si eres un discípulo de Jesús, ya ¡has recibido su autoridad! Predica. Acércate a los enfermos. Ora por ellos. Imponle tus manos… Si, en el plan de Dios está que sea su momento de sanidad, ¡tú pudieras ser el instrumento para que se ejecute el milagro!
Algo que también hizo
Jesús, fue advertirles a sus discípulos que NO era necesario llevar nada
para el camino. --Si eres de los que
se queja por no tener vehículo, dinero, agua, o qué comer cuando vas a ejecutar
una labor evangelística, te recuerdo que Jesús también tomó eso en cuenta.
Porque ¡Dios tiene cuidado de todas las necesidades de sus hijos!
Los discípulos fueron obedientes. Por doquiera que iban, anunciaban el Evangelio y sanaban (vs. 6). --Si ya Jesucristo está en el centro de tu corazón, por lo tanto, eres su discípulo e hijo de Dios, ¿por qué te resistes? En Juan 14.23, Jesús dijo que el que le ama, Su palabra guardará. --Ahora te pregunto: ¿Verdaderamente amas a Jesús o es solo apariencia ante los demás? Fuiste enviado para bendecir a otros, ¡no te quedes con la encomienda en tu saco!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
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