Filipenses 4.4, 7, 9, 11-12
“Regocíjense, regocíjense en el Señor siempre. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Lo que aprendieron, recibieron, oyeron y vieron en mí, esto hagan; y el Dios de paz estará con ustedes. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, para tener abundancia como para padecer necesidad”.
¿Le sorprende que Pablo haya escrito estos versículos desde una prisión? Él No sabía lo que le depararía el futuro, pero había aprendido a estar satisfecho en todas las circunstancias. ¿Cuántos de nosotros podemos hablar de esa forma?
Es normal sentir descontento cuando no controlamos nuestras situaciones. Mientras todo va bien, Oh, ¡excelente! Pero si las circunstancias nos roban la paz, ¡qué horrible! Pablo no estaba diciendo que nunca más sentiríamos ansiedad o frustración; lo que nos quiso enseñar es a accionar de la mejor manera, y no a reaccionar cuando los malos momentos se apoderan de nosotros.
Pablo tuvo que aprender eso; soportando enormes sufrimientos, y de todo tipo. Sabía que las situaciones pueden ser dolorosas y desesperantes, pero descubrió que el verdadero contentamiento, es del Señor que viene y no de las situaciones en que nos encontremos.
¿Cómo reaccionas cuando las circunstancias están fuera de tu control? Pablo eligió entregar sus preocupaciones al Señor a cambio de la paz que sobrepasa todo entendimiento. Y tú, ¿qué haces, qué has hecho, qué harás a partir de hoy?
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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