“Como en los tiempos de Noe”

Génesis 6:5

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. 

¿Algún parecido a los días actuales? En los tiempos de Noé, el Señor decide destruir la tierra, a causa del pecado de la humanidad. Pero dice en Génesis 6:8 "Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová". La forma de vida de Noé no ofendía al Señor. --¿Y nuestra forma de vida, agrada al Señor, o, por el contrario, le ofende? 

El Señor dio a Noé la información de la destrucción del mundo y las instrucciones para que él se salvase junto con su familia. Similar a Noé, nosotros sabemos, a través de Apocalipsis, que el tiempo para que Jesucristo levante a su pueblo se acerca y que, luego, todo se pondrá peor. Pero hoy tenemos, en los Evangelios, las enseñanzas de nuestro Señor Jesús con instrucciones claras para salvarnos. --¿Le estamos haciendo caso a esas instrucciones? 

¿Cómo vieron a Noé sus contemporáneos? Se burlaban, lo tildaron de loco y siguieron viviendo su vida de manera normal. Eso, se parece mucho a lo que nos sucede, a quienes hacemos algún esfuerzo por recordarle a nuestros amigos y hermanos el camino de la salvación, pero ellos ¡están muy ocupados con los afanes del mundo! Igual que a Noé, nos tildan de locos, nos llaman fanáticos religiosos, ignorantes, no nos hacen caso… ¡y sigue cada cual en lo suyo! 

En Mateo 24:35 nos dice el Señor Jesús: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre". ¿Qué estamos esperando para entender? ¿Qué el Señor Jesús se lleve consigo a los que han sido fieles? –-Luego de ese momento, ¡cuán difícil será! 

Hermanos míos, les recomiendo, les exhorto, los invito, encarecidamente a: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. 

Feliz día.  ¡Y que Dios te bendiga! 

Autor: Mario De Jesús