1 Samuel 17.42-47
“Y cuando el filisteo vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, rubio,
y de hermoso parecer. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que
vengas a mí con palos? Y maldijo a David
por sus dioses. Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las
aves del cielo y a las bestias del campo.
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con
espada, lanza y jabalina; mas yo vengo a
ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de
Israel, a quien tú has provocado. Jehová
te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, …; y toda la tierra sabrá que
hay Dios en Israel.
Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y Él os entregará en nuestras manos”.
Los “Goliats” de la vida se presentan de muchas formas. Una relación infeliz, un hijo rebelde, un trabajo difícil, deudas, hábitos incontrolables…, entre otros. Pero valerse del poder de Dios, como lo hizo David, trae victoria sobre situaciones que pudieran parecer insuperables. David creyó en la victoria sobre Goliat antes de comenzar a pelear.
La confianza
de David vino de...
-Recordar
momentos pasados, en los que el Señor le protegió. David, al enfrentarse a Goliat, recordó
sabiamente la fidelidad de Dios.
-Fuertes
convicciones en el Señor, y de lo que Él era capaz de hacer. David sabía que tenía acceso
a ese poder, valentía y sabiduría de su Padre celestial.
-Hábitos que
reforzaban su fe. David había pasado horas a solas en el desierto, escuchando
la voz de Dios. Por eso, sabía discernir lo que el Señor le decía
que hiciera.
Te animo a seguir
esos ejemplos de David. A que tengas un registro de las obras del Señor en tu vida, y medites
en quién es Él. Estarás seguro que Dios es capaz de ayudarte, sin importar lo
grande del problema que enfrentes.
Feliz
día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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