lunes, 12 de abril de 2021

“Fundamentos de nuestra fe cristiana: El Espíritu Santo, ayuda perfecta” (3)


Juan 16.7-8 “Pero yo digo la verdad: Conviene que me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría; más si me fuere, lo enviaré. Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. 

Es mediante el Espíritu Santo (Consolador) en tu vida, que obtienes convencimiento de ser un pecador; de qué es verdadera justicia, y de que habrá un juicio, donde todos recibiremos recompensa o destrucción, de acuerdo a lo que nosotros mismos hayamos decidido en vida. 

Aprovecho para decirte algunos de los nombres o títulos que el Espíritu Santo posee; los cuales  revelan su esencia y naturaleza. Veamos: 

Consolador: Viene de la palabra griega "paracletos", y significa: "Uno llamado al lado de otro para el propósito de ayudar". Te da coraje, fuerza, sabiduría, y gracia. Es dado para que sea al creyente lo que Cristo sería si estuviere vivo. 

Espíritu Santo o de Dios: Enfatiza su carácter moral, santo y divino; pone énfasis, no sobre la persona, sino sobre el poder, la manifestación y la operación del Espíritu. 

Espíritu de Cristo: Es para formar a Cristo en el creyente. Imparte la vida de Cristo (Romanos 8.2). Produce el fruto de Cristo (Filipenses 1.11). Revela las cosas de Cristo (Juan 16.16). Imparte el poder de Cristo (Hechos 1.8 y Juan 14.12). Toma el lugar de Cristo ascendido (Juan 14.16-18). 

Espíritu de Gracia: Aun siendo Cristo el origen y fuente de la Gracia, el Espíritu Santo hace real en la vida de los creyentes las provisiones vitales del don de la gracia (Hebreos 10:29). 

Espíritu de Vida: Es el que vivifica al hombre muerto en delitos y pecados, y le imparte nueva vida.

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús libra de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:2). 

Continuaremos… 

¡Feliz día, Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina

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