Éxodo 20:4-5 “No te harás imagen, ni ninguna semejanza y no te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso”.
Un ídolo es cualquier objeto que desvíe tu atención de Dios para ponerla en otra cosa. Cuando algo, que no sea Dios, es primero en tu vida, es un ídolo, incluso, aunque sea bueno.
Algunas personas estacionan sus ídolos en el garaje, otras, lo cargan en forma de teléfono, en su bolsillo o cartera.
Los Ídolos te decepcionarán: ¿Alguna vez has comprado algo que prometía ser la “Última Coca Cola en el desierto?”. ¿Y luego te diste cuenta que no llenó tus expectativas? ¡Eso es decepción!
En Jeremías 10:14-15 dice que los ídolos son una vergüenza para quienes los fabrican… Son un engaño; … no tienen vida. No valen nada, son pura fantasía.
Ellos te dominarán: Todo lo que te aleje de Dios terminará dominando tu vida. Pablo dice en 1 Corintios 12:2 que cuando no eran creyentes se dejaban arrastrar ciegamente tras los ídolos mudos.
Hay tres efectos
inevitables cuando amas algo más que a Dios.
1.
Te arrastrará como si tuvieras una adicción.
2.
Serás llevado “ciegamente” por mal camino.
3.
Perderás la perspectiva; tus ojos no
enfocarán hacia Dios.
Los ídolos te deformarán. Perderás los atributos con los que Dios te formó. En Salmos 115:8 dice “Y los que hacen ídolos son iguales a ellos;
también todos los que confían en ellos”.
Es penoso saber que alguien le da forma a un ídolo, y luego el ídolo termina dándote forma a ti. Irás perdiendo la forma con la que Dios te hizo.
Cuando Dios es primero, experimentarás satisfacción plena; esa que has estado buscando en otros lugares. Dice en Salmos 37:4 “Deléitate en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón”.
Feliz día. ¡Y que Dios te bendiga!
Mario De Jesús
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