Lucas 22:32 “Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle; de modo que cuando te arrepientas y vuelvas a mí, fortalezcas a tus hermanos”.
Todos hemos fracasado alguna vez. El problema no es el fracaso, es cómo reaccionamos después. Nuestra respuesta a la desgracia es lo que marcará la pauta a seguir. Cuánto más rápido te levantes, más pronto estarás de camino al éxito.
Si has experimentado algún fracaso, te mostraremos algunos pasos para recomenzar…
1. Acepta la responsabilidad de tu fracaso: Si has cometido un error, ¡admítelo! Bienvenido a la raza humana. No culpes a otros. Pedro fracasó, asumió su problema y se levantó. Asumir la responsabilidad, libera de postura defensiva, brindándote visión clara para ver qué salió mal. “Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón” (Proverbios 18:13).
2. Descubre los beneficios del fracaso: Jonás Salk descubrió la vacuna contra la poliomielitis después de varios intentos; los reporteros le preguntaron: ¿cómo se sentía después de haber fracasado tantas veces? Él respondió: Nunca he fracasado, solo he descubierto varias formas de como NO vacunar contra la polio. ¡El fracaso te obliga a ser más creativo!, y a buscar nuevas formas de hacer las cosas. “A veces se necesita una situación dolorosa para hacernos cambiar nuestros caminos” (Proverbios 20:30).
3. Olvida el pasado y
enfócate en el futuro: ¡Tu pasado es
pasado, lo que paso…pasó! No puedes
cambiar la situación. ¡Despreocúpate de
eso! Pablo lo dijo así en Filipenses
3:13-14 “Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo
a la meta.”
Servimos a un Dios de segundas, terceras, y más oportunidades. ¡El fracaso nunca marcará tu FIN, a menos que tú lo dejes!
A los perdedores les encanta culpar a otros, incluso a Dios, por sus desgracias. El fracaso te debe llevar a reevaluar lo importante. Es una forma en que Dios nos hace reflexionar. Las circunstancias nos ayudan para frenar y mirar hacia dónde nos dirigimos. Pedro salió más fortalecido de su fracaso y pudo ser de ayuda para otros, debido a su experiencia.
!Feliz día. Y que Dios te bendiga!
Mario De Jesús
(Referencia: VTRH.Ministries)
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