1 Pedro 4.1-3 “Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, ármense del
mismo pensamiento; quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para
no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber
hecho lo que agrada a los gentiles...”.
El sacrificio de Cristo, fue el más grande de todos los que tú pudieras imaginar;
y lo hizo solo por amor. Léelo en Juan 3.16. “…de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo…” Dios hizo eso, sin ser merecedores de tan grande
privilegio. Entonces, por qué ser tan renuente, duro e irracional
para decirle si a Su sacrificio?
Jesucristo padeció cruelmente por nosotros… ¿Seguirás rechazando el plan de salvación
y vida eterna que pagó, a precio de sangre?
No sigas viviendo como que todo está bien…
que NO lo está. Mientras le sigas dando cabida a tus deseos no
gratos a Dios, estarás rumbo al abismo. ¡Porque la paga del pecado es muerte!
(Rom.6.23).
La voluntad de Dios es agradable y perfecta.
Entenderla conlleva que te acerques a Él de corazón. Hallarás lo que anhelas. Acércate a Jesucristo como estés… ¡Tus cargas las desea llevar Él! (Mat.11.28).
No te sigas alejando más, ni cargando tan pesado. Yo solo comencé a ser feliz, a soltar
mis cargas y a encontrar gozo y paz cuando Él me comenzó a llenar… Y yo sé que esa misma paz y gozo que disfruto, tú
también la ansías encontrar. Pon tu corazón
a meditar. Óyelo! “... Si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón (Heb.4.7).
Dios desea verte reconciliado con Él, y ¡bendecirte grandemente! Yo puedo amarte, pero Jesucristo te ama aún mucho más!
Que tengas un feliz día.
Evangelista Wilda Messina
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