1 Corintios 15.50-51, 57-58 “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados. Más, gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre…”.
Por si no lo sabias, la muerte NO es el fin. Es solo un periodo de transición. La Biblia enseña que es un comienzo. ¡Todos seremos transformados!
Una transformación con 2 sentidos. Por un lado, para ir a un hogar eterno de gloria. Y, por el otro, a un lugar de castigo y confusión eterna. Una cruda realidad, para todo incrédulo o dudoso de la Palabra de Dios.
Quizás pienses que es injusto. Pero es bueno que sepas que el dueño de la creación es quien pone las reglas. Y si dijo que el pecado merece pena de muerte, es porque es un asunto serio para Él.
Si tienes dudas para dónde vas, tienes la oportunidad de revocar tu pena de muerte. Dios permitió que Jesús muriera en tu lugar, para que pagara el precio que te tocaba a ti. Tú decides si creerlo y aceptarlo por tu redención, y escapar del lugar de tormento que te pudiera tocar. Porque una vida carnal y pecadora NUNCA podrá entrar a la Patria Celestial.
Te invito a pensarlo bien, a pedirle discernimiento en oración a Dios por lo que has leído, y a no seguir transitando, probablemente, por un camino equivocado… Porque, aunque no lo creas, la sentencia va.
¡Feliz día. Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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