Tu Palabra Sabia de Hoy (TPSH) 05.01.2021
Génesis 3.15 “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.
Al que aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, le quiero compartir lo siguiente. Me gustaría que meditaran y pidieran aclaración o discernimiento al Espíritu Santo.
Dios hizo a la humanidad proveyéndole de todo lo que le era necesario. La creó con libertad de escoger su camino. Le amaba tanto, que no la quería ver sufrir, por lo que le dio lineamientos para que no cayera, no se desviara por caminos inciertos ni tuviera que sufrir consecuencias desagradables y con repercusiones no deseadas.
Pero, al dejarse seducir por sus ojos y su vista; con conversaciones no certeras, y siendo desobediente a los lineamientos dados, llegaron las consecuencias que Dios no quería para esa creación que Él se esmeró en hacer… Con la desobediencia de dos pagamos todos… Y fue maldita la tierra por su causa; ahora sería necesario comer con trabajo y dolor, todos los días de la vida.
Luego de Génesis 3, comenzó
la historia, que hundió a la humanidad en el pecado, calificándola para condenación
y separación eterna de Dios. En Génesis 3.15 está la sentencia.
¿Qué significa esa sentencia? Que Dios, por la desobediencia, le quitaría el privilegio que le había otorgado a su creación. Ahora les tocaría enemistad (separación) entre el mal y el bien; entre los hijos de lo malo y los del bien; entre Jesucristo y Satanás… donde es Cristo el único que te puede ayudar a llegar a la Patria Celestial, y destruirá el mal.
Seguiremos…
¡Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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